El concepto de ecosistema se ha ido desarrollando con el paso del tiempo. En un principio, el término era aplicado a unidades con niveles espaciales distintos, tales como charcos, pedazos de troncos viejos, una zona específica de una región. Incluso la biosfera general de nuestro planeta. Todos ellos se podían denominar ecosistemas siempre que existan organismos vivos interactuando entre sí.
Sin embargo, hoy en día, el concepto de ecosistema apunta a una agrupación de especies en una zona en específico, donde se interrelacionan entre sí, junto con su mismo ambiente abiótico. Este funciona a través del proceso de especies productoras, entre ellas, los árboles y plantas, consumidoras como los depredadores, terminando con los descomponedores.
En biología, un ecosistema se define como el proceso complejo de relaciones entre las diferentes agrupaciones de organismos vivientes (biocenosis) y el entorno físico en el que residen (biotopo/hábitat). Esta definición abarca las relaciones de dependencia recíproca entre los mismos seres vivos. Igualmente, que en el fluir de la materia y la energía, situación que sucede en el medio ambiente, el estudio de cada uno de estos procesos se realiza de manera organizada y estructurada.
No obstante, un bioma son diversas regiones y zonas geomorfológicas del planeta, catalogadas por el tipo de clima, presencia de vida y su topografía. En comparación a los ecosistemas, los biomas se denominan unidades geomorfológicas indiferenciadas. De este modo, un mismo bioma es capaz de incluir varios ecosistemas diferentes.
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¿Cuándo se usó el concepto de ecosistema por primera vez?
El concepto de ecosistema fue establecido por Arthur Tansley – un reputado botánico y ecólogo – en el año 1935. Este lo conceptualizó como una conglomeración de seres vivientes que coexisten dentro de un entorno predeterminado, así también el ambiente donde residen. Este cuenta con propiedades ajustadas para permitir el desarrollo de vida e interacción entre los organismos vivientes.
Robert Whittaker, un ecólogo de Estados Unidos, científico estudioso de los gradientes de la vegetación y la sucesión. Whittaker clasificó tres escalas de ecosistemas: “α”, “β”, y “γ”; siendo así, Alfa “α” para dirigirse a la variedad de especies halladas dentro de un ecosistema, descrito generalmente por el número de especies.
Beta “β” abarca y compara los distintos ecosistemas en desniveles ambientales en zonas costeras y zonas montañosas; la escala beta no explica que tanto y cómo las especies cambian de un hábitat a otro. Por último, la categoría gamma “γ” para la variedad en toda una zona, esta se refiere a la diversidad geomorfológica. A la diversidad gamma se le integra también la diversidad alfa de muchos ecosistemas.
En cada ecosistema se da lugar a las cadenas alimentarias o cadenas tróficas, conocidas también como períodos de transmisión de la materia. Estos se componen de un circuito de alimentación que involucra a productores de alimento (arboles, plantas, vegetales, fitoplancton, entre otros), organismos que se sustentan a través del medio ambiente; consumidores que se sustentan de los productores o de otros consumidores (herbívoros, principales depredadores y consumidores secundarios), finalizando el ciclo con los descomponedores, conformado por bacterias y hongos que reconstruyen la materia orgánica sobrante.
Cómo se compone un ecosistema
Un ecosistema está conformado por dos tipos de componentes, naturalmente diferentes entre sí: bióticos y abióticos.
Los bióticos se conocen como aquellos elementos enlazados a las especies vivas, en sus muchas tendencias y formas, tales como la presencia vegetal, los equilibrios poblacionales y las relaciones tróficas.
Por otro lado, ecosistemas los abióticos, se basan principalmente en los contextos climáticos, relieve o demás variantes físicas y químicas que correspondan al espacio ambiental, así como la presencia y ausencia de luz solar, la variación del pH, entre otros.
Organización de los Ecosistemas
Para entender el concepto de ecosistema, es necesario hablar de su organización. Este abarca desde la biocenosis, al biotipo y las diferentes clases de ecológicas de organismos –productores, consumidores y descomponedores–. Al mismo tiempo, los ecosistemas poseen una organización física de tal nivel, que evita una completa homogenización. Como resultado, presentan ciertas áreas donde cuyas condiciones son diferentes y apenas un poco similares, o desiguales en algún punto.
La estructura física de un ecosistema se puede desarrollar en dirección vertical u horizontal, de igual manera se habla de estratificación en ambos casos.
Estructura Horizontal
En diversas situaciones, es posible reconocer una distribución horizontal. Por ejemplo, en ecosistemas de la ribera se pueden observar líneas análogas a la vertiente fluvial, dependiendo en su mayoría, de la hondura del nivel freático. En entornos periglaciales se originan estructuras regulares en el sustrato, involucrando a su vez a la biocenosis. Esto es consecuencia de los fenómenos periódicos involucrados en el cambio de temperatura – helada y deshielo –.
Estructura Vertical
La estructura vertical comprende los ambientes que, en su perfil del suelo, posee subdivisiones en horizontes – ejemplo de estratificación de espacios ecológicos –. Las estructuras verticales más complicadas se forman en los ecosistemas boscosos, donde fácilmente diferenciamos un sedimento arbóreo, un sedimento herbáceo y un sedimento arbustivo.
Un claro ejemplo de ello es el de gradación lacustre, donde se observa y compara el mesolimnio (termoclina), epilimnio e hipolimnio.
Tipos de Ecosistema
Políticamente hablando, el concepto de ecosistema ha logrado un alto nivel de importancia. Esto es gracias a que en el año 1992, en el C.B.D. (Convenio sobre la Diversidad Biológica) organizado en Río de Janeiro, se estableció la protección de los ecosistemas, cada hábitat y darles mantenimiento a las comunidades vivientes en espacios geográficos naturales, a modo de compromiso de los 175 países que ratificaron en dicho convenio. En consecuencia, ha nacido la necesidad política de inspeccionar de manera espacial cada uno de los ecosistemas y, con un método diferenciarlos entre ellos.
Con la exigencia de proteger y cuidar los ecosistemas, nace un requerimiento político de describir e identificar cada uno de la forma más eficaz. Una de las ideas propuestas se fundamentó en la posibilidad de mejorar el proceso de identificación y registro de los ecosistemas. Este se llevará a cabo mediante un sistema de clasificación ecológico y fisonómico, puesto que los ecosistemas son fáciles de reconocer en el campo, así como a través de imágenes satelitales.
Manteniendo que la organización y la estacionalidad del ambiente asociado, complementándose con datos ecológicos – como la humedad, drenaje y la altitud – cada uno siendo modificadores que diferenciaban y determinaban de manera parcial las distintas clases de especies.
Esto no solo aplicaba para las especies vegetales y plantas, sino que también para especies animales, bacterias y hongos. El nivel de reconocimiento de los ecosistemas depende de los modificadores fisionómicos que alcancen a ser identificados en el campo, por imágenes o satélites. En casos necesarios es posible que se añadan elementos determinados de la fauna, así como la organización de los arrecifes de coral y la agrupación estacional de animales.
Hoy en día se han registrado una gama de ecosistemas distintos, clasificados en relación al hábitat, ambiente y su posición geográfica.
Ecosistemas Acuáticos
Los ecosistemas acuáticos son sistemas naturales que abarcan organismos acuáticos, así como el océano, ríos, mares y lagos que aportan algún rasgo especial. Entre los ecosistemas acuáticos, se pueden reconocer dos tipos de ecosistemas diferentes: de agua dulce y marino. Entre los más exuberantes ecosistemas, ocupando el 75% de los registrados se ubican bajo el agua – océanos, ríos, mares, lagos, incluso en nichos submarinos de profundidad.
- Ecosistemas de agua dulce: Es todo aquel ecosistema que envuelve agua dulce, tales como lagos y ríos. La disciplina encargada del estudio de los ecosistemas de agua dulce se denomina “limnología”. Entre las subclases de ecosistemas de agua dulce están los lénticos, donde el agua se mantiene en una situación estancada o parcialmente inmóvil, como los lagos o charcas; lóticos, donde el agua se traslada de un punto a otro, como en arroyos, ríos y otros ambientes que contengan agua dulce (manantiales).
- Ecosistemas marinos: El ecosistema marino es aquel que está conformado principalmente por agua salada (mares y océanos). La disciplina que estudia los ecosistemas marinos se conoce como “oceanografía”. Dependiendo de la luz solar que absorban pueden definirse como fóticos y afóticos. Los afóticos, se caracterizan en que la luz solar que reciben le permite cumplir el proceso de fotosíntesis – Arrecifes de coral, una playa o desembocaduras –. Los afóticos, en caso contrario, la luz solar que reciben no es la requerida para completar el proceso de fotosíntesis (profundidades de 200 metros aproximadamente). Un ejemplo de ello sería una fosa oceánica.
Ecosistemas Terrestres
Un ecosistema terrestre se describe como un sistema natural que se desenvuelve esencialmente en el suelo o en el subsuelo, como selvas, matorrales, bosques – incluyendo los tipos de bosques – páramos, sabana, praderas estepas, así también como el desierto y la tundra.
Estos ecosistemas se ubican fuera del agua y por encima de la corteza terrestre, en sus diversas variedades de relieve: valles, desiertos, montañas, planicies, entre otros. Cada uno con notables diferencias de temperatura, clima y concentración de oxígeno; la variedad de la vida en los ecosistemas terrestre en muy abundante, principalmente de aves e insectos.
- Ecosistemas mixtos: Son todos aquellos ecosistemas donde el terrestre y el acuático coexisten entre sí (anfibio). Por eso, la existencia de la vida animal estará inclinada a vivir fundamentalmente en alguno de los dos ecosistemas, pero aun así necesitan del otro para descansar, alimentarse y reproducirse.
- Ecosistemas microbianos: En él habitan las formas de vida microscópicas halladas generalmente en todos los ecosistemas y espacios naturales, tanto terrestres como acuáticos. Incluso existen internamente en organismos más grandes, como la flora microbiana intestinal.
- Ecosistemas fragmentados: Estos ecosistemas son los que, a causa de modificaciones emanadas en un hábitat. En efecto de procesos geológicos, por acciones humanas, (urbanización, explotaciones, agricultura…), alterando el medio ambiente y presentando interrupciones que perturban las condiciones de vida de las especies que cohabitan en él.
En circunstancias donde la fragmentación sucede por orígenes naturales – procesos geológicos –, se da lugar a un fenómeno denominado la especiación. Haciendo referencia a la diferencia entre especies cercanas. Mientras que al darse la fragmentación, se provoca en derivación de las acciones del hombre que perturban el balance ecológico. Como resultado, aumenta la posibilidad que la especies se extingan.
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