Ecosistema natural

El ecosistema natural es un ambiente abiótico donde cohabitan un grupo de seres el cual se origina de forma espontánea en la naturaleza. Este se desarrolla con el tiempo y no necesita de la intervención del ser humano.

Son entornos naturales, grupos de seres vivos y ambientes físicos que cuentan con unas particulares características climáticas, atmosféricas y terrestres.

Inmerso en la biosfera, el ecosistema natural reúne comunidades de seres vivos (flora, fauna, humanos) quienes interactúan entre sí y se relacionan con un entorno específico. Estos pueden clasificarse para poder crear una distinción coherente entre cada ecosistema. Una de las primeras clasificaciones es si el hombre ha intervenido o no en el ecosistema. Como resultado, tendríamos un ecosistema natural o un ecosistema humanizado.

ecosistema

Casi toda la tierra se conforma de un ecosistema natural, gracias a que el hombre no ha logrado intervenir muchos de estos espacios. Sin embargo, eso podría cambiar.

Un ejemplo rápido para comprender qué es un ecosistema natural sería imaginar una isla aislada en su totalidad de la presencia humano. Es decir, está libre de edificaciones, carreteras u otra construcción.

En otras palabras, estaríamos frente a una ‘tierra virgen’. De igual forma, podemos señalar que un ecosistema natural comprende una región donde las formas de vida existentes: flora, fauna, microorganismos, entre otros; y sus elementos físicos: ríos, formaciones geológicas y atmósfera, no ha sufrido la intervención del hombre a lo largo de la historia.

Son zonas completamente vírgenes, lo cual las hace muy interesantes para realizar estudios científicos, puesto que el hombre no ha movido ‘ni una piedra’.

A primera vista, resulta imposible que existan zonas vírgenes. Pero la Tierra es muy grande, con extensiones de suelo tanto en tierra como en lo profundo del mar que son totalmente naturales donde ni siquiera la ciencia ha podido investigar.

Ejemplos de un ecosistema natural

La superficie de nuestro planeta posee una extensión sumamente gigantesca. Gracias a ello cuenta con una interesante diversidad de ambientes naturales. Como resultado, es posible ejemplificar ecosistemas naturales en bosques, montañas, desiertos, ríos, lagos mares, entre otros.

El ejemplo perfecto de un ecosistema natural sería la popular Islas Azores o Galápagos. También están los arrecifes de coral del Caribe en Belice o los Bosques laminariales de Alaska.

Y la lista continúa. En ella, los más importantes o aquellos ecosistemas que se ven amenazados, son declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Esto impulsa la conservación de estas zonas, potenciado por el apoyo de diversas organizaciones internacionales. Una de ellas es la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, quien vela por el cuidado y protección de estos espacios.

Flujo de energía en un ecosistema natural

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El flujo de energía que da vida a un ecosistema natural proviene del Sol. Esta es absorbida por las plantas verdes (organismos autótrofos) que procesan la energía para crecer (fotosíntesis) y así producir oxígeno. Desde este punto, los seres vivos se alimentan entre sí, según la cadena alimenticia (organismos heterótrofos).

Estos organismos pueden vivir gracias al flujo de energía que va de un nivel a otro. La energía en el ecosistema natural fluye por medio de la cadena alimenticia en una sola dirección: Del Sol a los productores (vegetación) y luego a los descomponedores o consumidores.

Ciertos organismos y animales herbívoros se alimentarán de las plantas. Luego, estos serán los alimentos de los animales carnívoros.

En la naturaleza, existe una cadena en la cual cada ser vivo depende de otros para su supervivencia. Si esta cadena se rompe, entonces el ecosistema natural se rompería y comenzarían los problemas. Un ejemplo sencillo son las plagas, pues estas son señal inequívoca de que su depredador natural ha desaparecido.

Ecosistemas naturales: Características

Para la ecología, un ecosistema natural es lo que para la biología un átomo. En otras palabras, su unidad de trabajo e investigación. Son sistemas de alta complejidad que pueden ser analizados siempre que se enfoque en uno de los elementos específicos o sus interrelaciones internas. Estas son las tres características principales de un ecosistema natural:

Relaciones alimentarias

También se conocen como cadenas tróficas. Este es el vínculo alimenticio existente entre descomponedores, consumidores y productores. Es un esquema simple: cada especie de un grupo biológico se alimenta de la especie precedente y es el alimento de la siguiente especie.

Ciclos de la materia

Igualmente, conocidos como biogeoquímicos. Estos hacen posible que los elementos químicos esenciales (carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y otros) estén disponibles para que los organismos puedan usarlos de forma continua. Este ciclo se divide en tres: gaseoso, sedimentario e hidrológico.

Flujos de energía

Los ecosistemas naturales son todos unidireccionales: del sol a los productores y de allí a los descomponedores. La energía ingresa en forma de luz y se expulsa como energía térmica la cual no puede usarse para otro ecosistema.

Ecosistema natural: Tipos

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Un ecosistema natural puede clasificarse según sus condiciones climáticas y geográficas. Gracias a ello es posible enmarcarlos en tres grupos: ecosistemas terrestres, acuáticos y mixtos.

Otro punto a destacar es que un ecosistema natural no abarca solamente a los seres vivos (sin el hombre). Al estar dentro del bioma, otros elementos influyen, como las montañas, ríos, praderas y más. También se toman en cuenta los fenómenos atmosféricos, las actividades y reacciones químicas que puedan ocurrir, como también los fenómenos físicos.

En resumen, un ecosistema natural abarca las interacciones entre los factores abióticos y bióticos. Estos factores comprenden todo lo referente a los seres vivos y los ambientes físicos.

Existe una extensa variedad de ecosistemas, sin embargo, todos los ecosistemas naturales pueden agruparse en dos tipos:

Terrestres

Los seres vivos que se desarrollan en este tipo de ecosistema natural, se desenvuelven tanto por tierra como por aire. Estos se determinan por dos factores abióticos: temperatura y humedad. Las diversas variaciones de estos dos condicionantes son los encargados de la diversidad y las diferencias notorias entre cada uno de los ecosistemas terrestres.

Acuáticos

Es un ecosistema cuyo biotipo es un cuerpo de agua. Una característica destacada de este ecosistema es su alta concentración de nutrientes, temperaturas estables y su capacidad para absorber grandes cantidades de luz. Los ecosistemas acuáticos se diferencian por el grado de salinidad existente en el cuerpo de agua.

Importancia de los ecosistemas naturales

A lo largo del transcurso de su existencia, los organismos de un ecosistema transmutan la energía y procesan los materiales mientras que, al metabolizar, crecen y se reproducen. Como resultado, las condiciones del ambiente cambian junto con la cantidad de recursos disponibles para otros organismos, contribuyendo directamente en el flujo de energía y el reciclado de elementos naturales. Los conjuntos de organismos con sus ambientes químicos y físicos componen un ecosistema.

Los ecosistemas poseen son extraordinariamente inmensos y con una alta complejidad. En ellos pueden desarrollarse cientos de miles de diversos tipos de organismos que coexisten en una variedad de entornos individuales.

Podemos hacer referencia a un ecosistema de pradera, un ecosistema forestal y un ecosistema estuárico como unidades definidas ya que en ellos se desarrolla un intercambio de energía y sustancias leve dentro de estas unidades en comparación con las casi infinitas evoluciones que se dan a diario dentro de cada una de ellas.

Sin embargo, al final todos los ecosistemas mantienen una relación al estar en una sola biósfera en la cual se encuentran todos los ambientes y organismos que cohabitan en la superficie terrestre. Las partes más alejadas de la biosfera se relacionan entre sí a través de la energía y los nutrientes que las corrientes de viento y agua transportan.

El agua que fluye desde la naciente de un río hasta un estuario, crea una conexión entre los sistemas acuático y terrestre de la cuenta a los del espacio marino. Las migraciones de ballenas grises producen una conexión entre los ecosistemas del golfo de Carolina y el mar de Bering. La relevancia en el movimiento de materiales entre ecosistemas de la biósfera tiene mayor peso debido a las consecuencias globales de las diversas actividades del hombre.

Beneficios del ecosistema natural

Dentro de los principales beneficios del ecosistema natural al ser humano podemos destacar:

  • Producción primaria
  • Dispersión de semilla
  • Agua
  • Provisión de alimentos
  • Energía
  • Minerales
  • Descomposición de residuos
  • Regulación del clima
  • Captura de carbono
  • Polinización de cultivos
  • Turismo y recreación
  • Purificación del aire y el agua
  • Avances científicos

En este orden, los ecosistemas tienen una responsabilidad muy importante para mantener el equilibrio natural de la Tierra. Estos son el hábitat de la biodiversidad y otros recursos naturales que sirven al ser humano. Estos mismos regulan el planeta a través de las plantas que se encargan de absorber el carbono para transformarlo en oxígeno y purificar el aire.

El hombre ha sido el culpable de crear un problema ambiental al destruir ecosistemas con el fin de explotar y usar irracionalmente los recursos naturales. Como consecuencia, se pierde la diversidad biológica, factor elemental para el equilibrio ecológico del planeta. Estos hábitats son intervenidos y alterados a través de prácticas agropecuarias, agrícolas, mineras, industriales, deforestación, desarrollo urbano, contaminación y muchas otras actividades que generan un impacto negativo sobre los ecosistemas naturales.

El mantenimiento y la conservación de todos los ecosistemas naturales es una tarea obligatoria de nosotros los humanos. Esto es de vital importancia para que sigan existiendo las plantas y animales que brindan un gran aporte y beneficio al desarrollo del hombre. Para ello, es indispensable mantener la interacción de los organismos de cada ecosistema. Con ello, se garantizará el equilibrio del ecosistema global y la existencia del planeta.

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