Los componentes del ecosistema son términos que, a simple vista, parecen sumamente complicados. Pero, cuando conoces las características y las cualidades, son sencillos de comprender. Sin la necesidad de ser expertos o profesionales en el campo de la biología y la ecología.
Conocer el funcionamiento del medio que nos rodea es una de las tareas imprescindibles que debemos realizar como humanos. Y es por eso que, precisamente, hemos decidido crear este artículo explicando en detalle los componentes de un ecosistema de forma clara y sencilla, incluso para los más pequeños que indagan en la web.
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¿Qué es un ecosistema?
Un ecosistema se puede interpretar desde diferentes puntos de vista, pero principalmente debemos entender que es una unidad biológica funcional comprendida por seres vivos que interactúan con un ambiente físico en organización.
Dicha red, o comunidad, viven en perfecto equilibrio permitiendo un correcto funcionamiento del mismo. Si uno de estos componentes, como por ejemplo productores y consumidores dejan de cumplir sus papeles, notaremos un desbalance que afecta a todo el ecosistema.
Un ecosistema, en palabras sencillas, se encuentra conformada por un establecimiento físico, conocido como hábitat que cambia de acuerdo a las consideraciones naturales. Seres vivos, que a su vez se dividen en plantas, microorganismos y animales de toda clase y especie que cumplen tareas en específico.
Existen diferentes tipos de ecosistemas, como los terrestres, siendo ejemplos sencillos las selvas y los bosques. Ecosistemas acuáticos, reconocidos por la cantidad de agua acumulada, como por ejemplo los mares y los ríos. Y los ecosistemas mixtos, que tienen características de ambos, como las costas y humedales.
Componentes de un ecosistema
Sabemos entonces que un ecosistema es una unidad donde los elementos u organismos vivos se relacionan entre sí y con el medio que les rodea. Pero, realmente, ¿cuáles son sus componentes? Los hemos mencionado, al menos superficialmente, pero vale la pena profundizar al respecto.
Factores bióticos
También conocidos como biocenosis, son los seres vivos que conforman los ecosistemas. Aquí agrupamos a las plantas, animales, hongos, bacterias y humanos –cuando se trata de ecosistemas artificiales–. Los cuales viven en población divididos en diferentes tipos de unidades biológicas y se clasifican dependiendo sus necesidades nutricionales o de alimentación, siendo fundamentales para el equilibrio del ecosistema.
Los factores bióticos pueden ser productores, como las plantas, cuyas características de alimentación ocurren de forma individual, produciendo sus alimentos gracias al ecosistema que lo permite. También tenemos a los consumidores, como los animales, que como no pueden producir sus propios alimentos, deben abastecerse de otros organismos. Como animales, si son carnívoros, o plantas, si son herbívoros. Y finalmente, tenemos a los descomponedores, como los hongos y bacterias, que como lo dice su nombre descriptivo, descomponen y crean contenido de valor, como el abono para el crecimiento de las plantas.
Factores abióticos
Los otros componentes que generalmente conforman los ecosistemas son los factores abióticos, también denominados biotopos. Que, en palabras sencillas, corresponde a la parte inorgánica, o que no tienen vida, y que son piezas fundamentales ya que influyen en la supervivencia de los organismos y las comunidades bióticas.
Ejemplo de los factores bióticos son el clima, la temperatura, la humedad, los organismos sintetizados, las sales, el oxígeno y hasta las rocas en la arena. Cumpliendo un papel por excelencia: limitar y controlar las actividades de los organismos vivos. Por ejemplo, si en un medio no existe oxígeno, como los ecosistemas acuáticos, entonces los animales y especies vivas en general que necesitan del componente, no pueden acceder. Y así el caso contrario en ecosistemas con oxígeno.